El domingo fué un día triste. Fué uno de esos días que creía que no volvería a vivir.
Las adicciones son terribles, el adicto es un enfermo de por vida que lucha día a día por estar sobrio, limpio, en pocas palabras; sano.
El hecho de haber nacido en una familia donde el alcoholismo y la adicción a las drogas eran parte de la vida cotidiana no es algo gratificante, sobre todo cuando las personas enfermas son tus viejos.
Lo que si fué gratificante y merecedor de admiración fué el esfuerzo que en su momento hicieron para salir de todo eso, esfuerzo que dió frutos y llevó a ambos a la abstinencia durante muchísimos años.
Nunca pude terminar de recuperar la confianza, siempre me costó muchísimo creer nuevamente, sobre todo basándome en la la convivencia directa con adictos en carrera hasta mis 20 años. Naci dentro de una familia enferma, crecí allí y así y todo tomé otro ejemplo, hice mi elección y mi camino fué siempre diferente.
Yo elegí vivir mejor, cada uno tiene la opción a elegir que clase de vida seguir aunque cueste horrores.
Después de mucho tiempo la confianza fué volviendo de a poco y empecé a creer mas en mis viejos, tal vez no era total, pero muchos de mis temores parecían superados o al menos eso creía yo.
Vuelvo a empezar... El domingo fué un día triste. Fué uno de esos días que creía que no volvería a vivir. Después de 8 años de decirle "No a la primera copa" mi mamá tuvo una recaida que nadie esperaba. El lunes retomó tratamiento y gracias a Dios no se volvió a repetir.
- Desde el domingo me siento otra persona, estoy triste, duermo mal y siento que todo el pasado me pega en la cara recordándome lo doloroso que es vivir en ese infierno, los temores que creía ya no tener me acechan. Tengo un nudo en el pecho que me saca el aire. Desde el domingo le pido a Dios que me ayude a recuperar esa confianza que había empezado a tener, confianza que me daba libertad en la mente y en el alma. Siento una decepción gigante.
Mi papá me dice que con el correr de los días me voy a sentir mejor, que es adaptarnos nuevamente al ritmo diario dejando lo que pasó atrás y que de a poco voy a sentirme bien otra vez. Pero yo me pregunto: ¿Cuándo se irán las imágenes que no dejan de pasar por mi mente?
Mientras tanto repito la oración que aprendí el primer día que pisé una reunión de Al-Anon y que casi siempre está presente en mi vida: "Oración de la Serenidad"
Dios concédeme la Serenidad para aceptar
las cosas que no puedo cambiar...
Valor para cambiar aquellas que puedo,
y Sabiduría para reconocer la diferencia...
T. Morton
* Yo se que esto también pasará, pero el mientras tanto me duele y mucho...