A medida que pasan los años uno va creciendo. Creciendo no solo en edad, sino que también en experiencia. Se aprenden cosas nuevas, se superan obstáculos, se logran objetivos, sueños y metas, aunque no siempre pasa en todos los casos.
Se conoce un poquitito mas al otro y tanto mas a uno mismo.

Creo y sostengo que el ser humano nunca termina de conocerse a si mismo.

En los últimos años noté una actitud en mi, actitud que tal vez vi yo sola o tal vez no, acto que es pequeño pero que dice mucho, a mi me dice mucho.

Se trata de mi caminar, de mi postura, de la actitud que tomo al dar mis pasos. y cuando hablo de caminar lo digo en forma literal.

- Cuando tengo un buen día, estoy de humor, las cosas me salen bien o simplemente me siento bien yo en relación a todo mi entorno, vida personal, familiar, salud, trabajo, estudio, responsabilidades, etc. "Mi caminar es erguido, ando por la vida derechita con paso recto y con la cabeza en alto"

- Cuando el día no es tan bueno y alguna de las cosas que nombré antes se ve afectada en forma negativa, cuando mi rutina es alterada por algo que no me gusta, no está bien o hay una preocupación mayor mi andar cambia. "Camino con la cabeza gacha, miro el piso y simplemente marcho como sin rumbo, sin metas, sin esperanzas"
Hoy caminé con la cabeza gacha...

(Mañana será otro día)